Mordíos con Lúgaro - QiiBO QiiBO

Mordíos con Lúgaro

María de Lourdes Santiago es la candidata más capacitada a la gobernación de este ciclo electoral. By far. La diferencia sobre el resto es tanta que ni siquiera da risa. Tiene experiencia gubernamental, conocimiento, y el carácter que se necesita para dirigir un país en horrible necesidad de liderato firme.

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Pero María pertenece a un partido con cada vez menos apoyo. Después de cada elección, el Partido Independentista Puertorriqueño ha tenido que recuperar su posición como tal a fuerza de endosos porque su base sigue achicándose cada cuatrenio. Menos votos cada ciclo porque ha fallado en adaptar su mensaje a las nuevas generaciones en más de una forma.

Mordíos con Lúgaro

La Guardia Nacional en Jayuya durante la Revolución Nacionalista.

La independencia es la meta de todos los países que se respetan a sí mismos; el poder tomar tus propias decisiones, buenas o malas, y lidiar con los beneficios o consecuencias.

A Puerto Rico nos han robado esa meta, colonizador tras colonizador. El movimiento independentista ha sido abusado, golpeado, perseguido, encarcelado, torturado y burlado. El Partido Independentista Puertorriqueño logró su lugar luego de mucho sufrimiento, sacrificio, con uñas, dientes, sangre y humillación.

Mordíos con Lúgaro

La Masacre de Ponce. Nunca Olvidar.

Sin embargo, después de tanto esfuerzo, se convirtieron en parte del sistema. Consiguieron un nicho, no fácil ni grande pero seductivamente cómodo, del que se han negado a salir, conformándose con lo mismo por años, una ligera presencia dentro del poder legislativo, sin cambiar estrategias, ni métodos.

La evolución social no es tan cruel como la biológica pero es más repentina. O te adaptas, o desapareces.

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Entran las redes sociales. Cualquier persona sabe que el Internet y las redes sociales cambiaron para siempre las reglas del juego. Los que lo entendieron primero, sacaron el mayor provecho; desde la genial campaña de Obama 2008, hasta la primavera Árabe, pasando por muchos otros ejemplos, negativos y positivos.

En el 2015, surge un nuevo competidor. Alexandra Lúgaro, una desconocida para muchos en aquel entonces anunció su candidatura independiente. Llovieron las burlas, especialmente a su desfachatez, “¿Cómo se atreve esta “nadie” a tirar tan alto sin haber pasado por el proceso completo?”

Todos saben que primero recolectas pal partido, llenas cuanta pared y poste hay con pasquines, te trepas en las “tumba cocos” calle por calle en eternas caravanas, consigues un puesto “lamboneando”, después te tiras a ver si el voto integro te mete sin mucho ruido. Si no tienes prisa o no fuiste un lambón asesor efectivo, te puedes ir por lo municipal. Entonces empiezas a acumular puntos; la fotito con el líder aquí o allá, te opones firmemente a una proposición del contrario, sea buena o no, tu sabes, que la base te vea peleando para defender el lado de ellos, les convenga o no, lo importante es la apariencia.

Bueno, ya me entendieron. Pero Alexandra no, esta hizo lo que le dio la gana y a su manera.

Peor aún, esta “atrevida” se puso a hablar de los gays y la marihuana, “¡JA! Esta no va pa’ ningún lado”, dijeron todos. Pero siguió subiendo. Siguió aumentando su perfil, su nombre cada vez sonaba más.

Los rojos y los azules la ignoraron, ¿y por qué no lo iban a hacer? si están acostumbrados a su arrogante dominancia, su pista de relevos intocable por más de 50 años. Tampoco era la primera candidata lo suficientemente “loca” para tirarse contra la trinidad; terminaría igual que todos los demás.

Pero siguió subiendo.

Entonces llegaron las encuestas. Por primera vez en mi vida, veo 21% del electorado queriendo un candidato fuera de los colores de siempre. Aunque el cantazo más fuerte lo cogió el cordero rojo escogido por su tribu para el sacrificio, el azulado también lo sintió. No recuerdo nunca haber visto un azul en 41%. Con todo y que es un paquete mandado a hacer, tan falso que siento que hay que sacarle el plástico de la cara como lo hacemos con los celulares nuevos (Ricky Roselló casi no pestañea cuando habla, ¿se han dado cuenta?).

Por primera vez, un candidato no PNP, ni PPD, obtuvo más del 5% de posibles votos. No solo es historia sino esperanza, el pueblo está cansado, hay disposición y ganas por un cambio.

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Quizá los rojos y los azules no anden mordíos con Lúgaro, más bien pudieran estar preocupados porque su hegemonía se tambalea.

Pero en lugar de acercamiento de los “siempre abajo”, hay hostilidad. Que es lo mismo que los demás, que sus ideas son “neo esto o neo aquello”, que no debería estar allí que blah blah blah. Mordíos, bien mordíos. No solo eso, sino que, de todos los seguidores de los partidos, los del PIP son los que veo más rabiosos con ella. Los que deberían celebrar el derretimiento de los invencibles, andan molestos porque, imagino yo, no fue uno de ellos.

Alexandra Lúgaro

Continuaron burlándose de las tácticas, de su página web, de sus videos en vivo, porque no entienden –o no quieren entender- que las reglas no son las mismas. Que para ganarse un país hay que conocerlo, escucharlo, conversarlo, no despreciar su curiosidad. Sobre todo, que no todos los independistas creen en lo mismo sobre cómo gobernar un país. Que ese ideal no le pertenece a un partido.

En septiembre dijo que prefiere la independencia, y me quede esperando el acercamiento que no llegó. Esta semana reveló que es atea, y tampoco se dio un acercamiento. De esa forma, llegamos a un Puerto Rico donde una candidata abiertamente atea, independentista, que apoya los derechos gay y la legalización de la marihuana tiene sobre 10% de apoyo.

Y eso les jode porque después de tanta lucha, nunca pudieron lograr lo mismo.

Mordíos, bien mordíos.

Los argumentos en su contra son muchos. Son argumentos válidos, e importantes, pero no tan contundentes que no pudiera haber un acuerdo, o como mínimo conversaciones. Aparentemente, para ser independentista, solamente se aceptan a la izquierda absoluta, fiscal, económica y social. Al final del día, el PIP demostró ser tan intransigente como los que combatió por tanto tiempo. Las cosas son como ellos dicen, o nada.

No pretendo endosar a Alexandra Lúgaro con este escrito. Es más, todavía no sé por quién votaré aunque me queda poco tiempo. Solo sé que no seré cómplice de los que nos han destruido. Me importa poco si eso significa que gane uno u el otro, mi voto será para complacer mi consciencia, no mi miedo.

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