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Crítica de Demonic: poseído por el aburrimiento

A veces parece que el universo quiere fastidiarnos a propósito; la semana pasada hablamos de Free Guy, una de las mejores películas inspiradas en videojuegos, y hoy estrena una de las peores. ¿Alguna vez te has reunido con un pana con quien la pasaste bien una noche, esperando repetir la experiencia, solo para descubrir que esa persona solamente fue divertida esa única vez? Pues si nunca te ha pasado, puedes ver Demonic y se sentirá igual. Si quedaba alguna minúscula duda que District 9 fue un “one-hit-wonder” para Neil Blomkamp, este aburrido drama sobrenatural lo comprueba completamente.

Es más frustrante que otra cosa. Digo, también esta mala pero igualmente frustrante porque hay unas cuantas ideas interesantes, intentando darle un giro nuevo al género de posesiones demoniacas. Carly (Carly Pope) lleva 20 años sin ver su madre Angela (Nathalie Boltt) luego que esta cometiera una masacre repentinamente, sin razón evidente. Su amigo Martin (Chris William Martin) insiste que algo nefasto se esconde detrás de los acontecimientos pero Angelan ole interesa hasta que el doctor Michael (Michael J. Rogers) aparece en su vida, revelando que Angela lleva todo ese tiempo en coma.

¿Recuerdan The Cell? Ese thriller de ciencia ficción protagonizado por Jennifer López se ha vuelto uno de esos filmes de culto, no tanto por su trama, sino más bien por su fantástico diseño de producción, vestuario y maquillaje, llevando la audiencia por inquietantes viajes a tenebrosas localidades de la mente humana. Ahora imaginen todo eso pero sin absolutamente ninguna personalidad ni nada de lo mencionado.

Resulta que la compañía para la que trabaja el Dr. ha desarrollado una tecnología parecida a la que usaron en The Cell, con la que Carly puede entrar en la mente de Angela para finalmente descubrir lo que ocurrió dos décadas atrás. Blomkamp utiliza una técnica de efectos especiales para esos momentos donde Carly parece ser un personaje de videojuego en la peor consola de la historia, enfrentando la pavorosa realidad que vive su madre: poseída por un antiguo demonio, ahora buscando nuevo cuerpo.

Blomkamp pertenece a un cuarto de guionistas y desarrolladores de ideas, no detrás de una cámara. En mejores manos Demonic pudo ser lago especial revolucionando el género, pero Blomkamp decidió quedarse con todo, por lo que es a quien único le cae la culpa de esta tediosa producción que apenas logra justificar sus engorrosos 90 minutos (sin contar crédito).

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