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Crítica de I Lost my Body

En los mejores cuentos de hadas el viaje resulta ser mejor que el destino aunque, a veces ni si quiera se trata de llegar, sino entender el porque debes ir. Y eso precisamente hace I Lost my Body, la hipnotizante nueva película animada estrenando esta semana en Netflix.

Belleza, tristeza y búsqueda en menos de 90 minutos. Dirigida por Jérémy Clapin, quien co-escribió el guion junto a Guillaume Laurant (Amelié), I Lost my Body es una fábula francesa sobre pérdida, trauma y amor, repleta de giros que te llevaran por un lado solo para terminar en otro que no esperabas.

Así es desde el principio cuando comenzamos en una habitación donde un chico yace desmayado, sangre a su alrededor. En lugar de explicar lo sucedido, Clapin nos transporta al almacén de algún hospital en Paris, donde una mano cortada por la muñeca despierta entre otros pedazos humanos. Su único deseo es regresar a su cuerpo.

El cuerpo le pertenece a Naoufel (Voz de Dev Patel), un joven viviendo en Francia desde que sus padres murieron cuando niño, y tuvo que irse a vivir con un tío a quien no le interesa mucho. Aun cuando tenía dos manos, Naoufel se sentía incompleto. Tanto por la tragedia pasada como por falta de propósito en la vida, aparte de ser el peor chofer de entregas de pizzas.

I Lost my Body nos lleva a través de dos historias; las vicisitudes de la mano queriendo regresar a su cuerpo, en una cruzada enfrentando palomas, ratas, perros, y la distancia.

La otra es Naoufel antes de perder la mano. Su niñez fue feliz; viviendo con sus padres en Marruecos, obsesionado con grabar sonidos de su vida, fuera practicando el piano junto a su madre, o jugando en el patio del hogar.

Durante otra fracasada entrega, Naoufel conoce a Gabrielle (Voz de Alia Shawkat), una bibliotecaria francesa con la que queda inmediatamente prendado. Naoufel consigue la forma de acercarse a la vida de Gabrielle, convirtiéndose en aprendiz de carpintero del tío de Gabrielle.

Pero como hemos aprendido en las (verdaderas) mejores historias de amor, conseguir pareja no garantiza ninguna felicidad, sino otra forma más de conocernos mejor.

Clapin construye I Lost my Body al estilo de animación manual tradicional intentando evocar lo que ocurriría si Studio Ghibli hicera Eternal Sunshine of the Spotless Mind.

Una película sobre buscar lo perdido, sea un cuerpo entero, el amor o la chispa dentro de uno mismo, I Lost my Body es un maravilloso viaje como ningún otro, desafiando expectativas, retando emociones. Una experiencia cinéfila como pocos hacen.

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