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Crítica de INFERNO

A principios de Inferno, hay una escena en que “Sienna Brooks” (Felicity Jones) le menciona a “Robert Langdon” (Tom Hanks) que conoce todo sobre Dante. Ni cinco minutos después, “Langdon” recita un monologo sobre las obras del poeta mientras “Sienna” lo mira con la misma cara bovina que yo cuando leo el teorema de Pitágoras, o como se llame.

Así de inconsistente es el guion de David Koeppe, quien de ser uno de los guionistas más respetados en Hollywood (Jurassic Park, Carlito’s Way), se ha convertido en una parodia de el mismo (Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull), aparentemente más preocupado con firmar bien sus cheques que con el contenido del trabajo por el cual se los gana.

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Afortunadamente, el resto del equipo trató de hacerla un buen rato en el cine. Ron Howard hace lo que puede como director, intentando meterle suspenso a una historia que sabemos cómo acabará desde el principio. Hanks sigue siendo uno de esos actores tan agradables, que uno le perdona cualquier cosa que haga (Hey, ¿recuerdan Joe versus the Volcano?). Jones va en el mismo camino, metiéndole ganas a su risible personaje.

El filme comienza en Florencia, Italia, donde “Langdon” despierta sin memoria de donde está o que estaba haciendo, como universitario después de una noche de justas pero sin vomito encima. La doctora “Brooks” le trata de explicar que llegó al hospital con una herida de bala hasta que son interrumpidos por una asesina (Ana Ularu) buscando a “Langdon”. Ambos logran escapar y comienza una carrera contra el tiempo para evitar que un peligroso virus creado por el excéntrico millonario “Bertrand Zobrist” (Ben Foster), para asesinar la mitad de la población y salvar el planeta.

¿No podría mejor usar su dinero para educación, reciclaje y energía renovable? Vamos a tener que velar a Elon Musk más de cerca.

Inferno still tom hanks felicity jones

Lo más frustrante de Inferno es que desperdicia un buen antagonista. Obviamente matar la mitad de la población es absurdo pero, “Zobrist” tiene razón: la sobrepoblación es el mayor problema que tenemos, y de lo menos que se habla. Ningún político lo menciona porque es un tema antipático; en todas las sociedades, la familia se considera la unidad principal, ¿Cómo decirle a la gente que hay que dejar de tener hijos? En su lugar tenemos algunas secuencias de diálogos apresurados y gente actuando más como fanáticos que seguidores tomando decisiones imposiblemente difíciles.

Inferno es el mejor anuncio turístico que he visto de los países que “Langdon” y “Brooks” viajan pues la fotografía de Salvatore Totino utiliza espectaculares tomas e resplandecientes imágenes de los paisajes en Italia y Estambul tratando de distraernos de cuan sobre-complicado es el tonto plan de “Zobrist” (a Dr. Evil le gusta esto).

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Habiendo dicho todo eso, Inferno es mejor que El Código DaVinci, menos buena que Ángeles y Demonios. Si te gustaron las otras estas probablemente lo hará. Ya sea en acción, persecución o momentos dramáticos, Howard es un director que sabe montar una escena, ampliando las fortalezas (el elenco), y reduciendo las debilidades (el guion) mientras me mantuvo entretenido el viaje completo. La química entre Hanks y Jones funciona desde el primer momento aunque, Irrfan Khan se roba el show como el irreverente “Harry Sims”, de quien me gustaría ver una aventura propia.

Quisiera volver a ver el equipo de Howard, Jones, Khan, y Hanks juntos en otra película con un guion que pueda aprovechar mejor sus talentos. Por el momento tenemos Inferno que, entretiene hasta que se acaba, e inmediatamente te olvidas de ella.

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