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Crítica de Mortal Kombat: No tan Flawless pero Victory

Get Over Here!

Aunque a estas alturas la “maldición” de películas basadas en videojuegos se puede considerar rota, todavía queda un poco de miedo cuando anuncian nuevas producciones. En el caso de Mortal Kombat pueden respirar tranquilos: esta chévere. No tremenda, ni super… esta chévere.

La película del 1995 sigue siendo mi favorita, no solo de esta franquicia sino del genero en total, por lo que disculpen las comparaciones. Son inevitables, especialmente cuando lo que Mortal Kombat 1995 hizo bien no está muy presente en Mortal Kombat 2021.

Seas fan del juego o no, la historia ya la conocen: una fuerza maligna quiere destruir nuestro mundo, hay unos “elegidos” para detenerlos, blah, blah, lo hemos visto incontables veces. Algunos aceptan el destino, otros no tanto. Hay escenas de entrenamiento, hay poderes que conseguir, el héroe duda de si mismos hasta alguna escena en el tercer acto se convierte en sayayin o algo así. No le estoy tirando tierra a la película, solo quiero que sepan que esperar.

Cole Young (Lewis Tan) es un peleador de artes marciales mixtas pasado de sus tiempos de gloria, resignando a combatir en gimnasios de poca monta por casi nada, cuando el coronel Jax (Mehcad Brooks) llega para revelarle a Cole que es uno de los elegidos para representar el Reino de la Tierra en un Torneo de peleas que ocurre cada generación. El torneo tiene una regla: el Reino que gane 10 torneos corridos, podrá invadir el perdedor. El Reino de “Outworld” ya ha ganado 9 por lo que depende de Cole y otros elegidos salvar nuestro mundo. El problema es que el hechicero Shang Tsung (Chin Han), líder militar de Outworld, decidió romper las reglas eliminando los elegidos de la Tierra para ganar automáticamente. Con todo y la protección de Raiden (Tadanobu Asano), el tiempo se acaba para Cole, Jax, y los otros elegidos Liu Kang (Ludi Lin), Kung Lao (Max Huang) y el mercenario Kano (Josh Lawson), ayudados por la militar Sonya Blade (Jessica McNamee).

El párrafo anterior es la historia general, pero hay otros sub-trama corriendo incluyendo un espíritu de venganza llamado Scorpion (Hiroyuki Sanada) con deseos de venganza contra Sub-Zero (Joe Taslim), el teniente principal de Shang Tsung.

Voy a salir de esto rápido: adicional a una trama rebuscada, el mayor problema de Mortal Kombat 2021 es que se toma demasiad en serio. Un ejemplo fácil: en la versión de 1995, Shan Tsung fue interpretado por Cary-Hiroyuki Tagawa, quien sabia exactamente el tipo de personaje y película que estaba trabajando, por lo que se disfrutó su papel de forma tan exquisita que se convirtió en la versión mas aceptada del personaje, interpretándolo nuevamente en series y videojuegos. Por su lado, Chin Han, excelente actor, es demasiado severo, sin nada que lo distinga de tantos otros villanos genéricos queriendo dominar el mundo.

Habiendo dicho todo eso, cuando Mortal Kombat 2021 finalmente entra en su ritmo, no para hasta el final. Empieza lenta. Mucha conversación, con algo de acción entremedio, pero cuando realmente se enciende, las peleas son emocionantes, repletos de referencias a los juegos y su mitología, y altamente violentas. En eso el director Simon McQuoid no escatimó; hay sangre y cantos humanos volando por todos lados. Adicional, Lawson se goza siendo Kano, mayormente el alivio cómico del filme, y ver estos personajes tan bien representados en pantalla, especialmente en las secuencias de combate, es ganancia. Mas de una vez pegué un grito cuando hacían un movimiento, un “fatality” o una línea salida directamente de los juegos.

Al final del día la pase bien viendo Mortal Kombat 2021, especialmente durante el segundo y tercer acto cuando se enfoca en la acción. La historia es nada del otro mundo y ningún personaje fue adecuadamente desarrollado, pero no es como que uno juega Mortal Kombat para ver la próxima gran novela. Toasty!

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