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Crítica de The Boss Baby: Family Business

Si los bebes hablaran y pudieran montar negocios, sería más fácil criarlos y conseguirles niñeras. O quizás no. En realidad no sé, no tengo hijos. Pero apuesto que sería más divertido criarlos…quizás. Según The Boss Baby: Family Business, sería una aventura.

¿Alguna vez te han hablado de alguien como que “no es muy bonito pero tiene buena personalidad?” Eso es exactamente lo que puedo decir de The Boss Bay: Family Business. No es la mejor película que veras en tu vida pero al menos intenta duramente entretener todo el tiempo. Con los niños deberá lograrlo, con los adultos no tanto.

Los hermanos Templeton ya son adultos. Mientras Theodore (voz en ingles de Alec Baldwin) se enfocó en convertirse en un magnate, Tim (voz en ingles de James Marsden) construyó su propia familia con esposa y dos simpáticas hijas con las que disfruta vivir la vida, pues a pesar de ser adulto disfruta jugar usando su híper-activa imaginación. Pero el tiempo pasa rápido y Tabitha (voz en ingles de Ariana Greenblatt) ya no le interesa los juegos sino destacarse académicamente, enterrando su nariz en sus libros.

Cuando la pequeña Tina (voz en ingles de Amy Sedaris) resulta ser una “Bebe corporativa” como lo fue su tío Theodore, revela estar investigando una conspiración en la escuela de Tabitha, tan grande que necesitará la ayuda de Theodore. El problema es que la escuela solo permite niños así que le da una fórmula secreta para convertirlo en él Bebe Jefe nuevamente. Pero Tim no quiere quedarse afuera de la aventura y termina convertido en pre-adolescente mientras Thed regresa a pañales.

No es que sea mucho decir pero The Boss Baby: Family Business me gustó mucho más que la primera. Hay un emotivo mensaje sobre (voz de Vin Diesel) familia, sobre hermandad y lograr un balance entre trabajar por lo que quieras sin dejar de disfrutar la vida. En que hay que crecer pero nunca dejar de jugar.

La animación es inmensamente superior a la original, aunque quizás sobresaturada de colores y movimiento, obviamente dirigida a mantener la atención de pequeños atada a la pantalla. El guion no es lo suficientemente ingenioso para lograr lo mismo con adultos pero, el director Tom McGrath (Madagascar, Los Pingüinos de Madagascar) ya es experto en exprimir lo más que se pueda de libretos mediocres con rápida acción, y buen humor.

Es difícil hablar mal de The Boss Baby: Family Business cuando tiene tanto corazón, especialmente gracias al emotivo trabajo de Marsden, y la frenética energía de Sedaris. Esto no será el próximo gran filme animado pero probablemente cumpla con entretener la mayoría de la audiencia que la vea, especialmente los menores de la familia. Le doy tres biberones de cinco.

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