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Crítica de The Dirt: el Mal siempre triunfa

Le tome esa frase prestada a mi compañero podcastero Alexis Zágarra para el título de esta reseña, no solo porque me dio la gana y él no puede hacer nada al respecto, sino porque es la mejor descripción que se me ocurrió después de ver The Dirt; una película sucia sobre gente bien mala haciendo cosas horribles y mayormente saliéndose con la suya.

Esta película me agarró las nalgas sin preguntar, me ofreció drogas y me vomitó los tennis. La pase brutal.

The Dirt es como ese pana tuyo con malas costumbres, tóxico para tu salud y tu seguridad, que te llevará por malos caminos pero la pasas tan bien, que te vas de “jangueo” aunque despiertes en la cárcel sin memoria, ni dignidad.

Una combinación de The Wolf of Wall Street (sin la calidad o el talento de Scorsese, por supuesto), Deadpool, Jackass, y la Última Tentación de Cristo. Esto es lo que Bohemian Rhapsody debió ser. Siguiendo usando símiles, Bohemian Rhapsody es el primo que, después que hizo y deshizo, ahora se metió a la religión y niega toda la devastación que dejó a su paso. The Dirt es la desvergonzada tía hippie, brutalmente honesta de principio a fin.

Créanme cuando les digo…no están preparados. Deja que vean la escena con Tony Calavero como Ozzy Osbourne. Es un misterio de la ciencia y todo el universo como toda esta gente sigue viva.

Basado en el libro “The Dirt: Confesiones de la Banda de Rock más Famosa del Mundo”, este filme nos cuenta la increíble historia de Mötley Crüe, una de las agrupaciones rockeras símbolos de los ochenta. Esa es la palabra que hay que usar: “increíble”. En las dos horas y medias que dura se me zafaron al menos cinco “¡anda pa’l ca**jo!

La comparación con Jackass fue obvia ya que es dirigida por Jeff Tremaine, co-creador y quien dirigió todos los filmes de esa franquicia, adicional a varios episodios. Con eso ya sabes si te va a gustar o no. Aquí no hay espacio para ambivalencia; o la amas o la odias. Yo caí en lo primero.

Comenzando en la niñez de Nikki Sixx (Douglas Booth), The Dirt cubre el origen de la irreverente banda desde el primer encuentro, el legendario anuncio en el periódico, sus mejores años destruyendo cuartos de hoteles alrededor del mundo, hasta la caída en los 90’s y su inesperado resurgir a finales de los 2000’s. Todos y cada uno de estas personas debería estar muerto o preso. En su lugar, son ricos, famosos y con probablemente mejor vida que nosotros.

Esto no va a ganar ningún Oscar ni premio por mejor película, dirección ni mucho menos actuación pero, lo que falta en calidad le sobra en actitud. The Dirt quiere contarte su historia y lo hace sin miedos, ni importarle lo que pienses de ellos. Tremaine combina distintos estilos de filmación, rompiendo la cuarta pared, y hasta una alocada secuencia en primera persona, ves estos tipos descaradamente maltratándose, engañándose, decepcionándose, traicionándose y saboteándose entre ellos mismos y, peor aún, casi orgullosos, como si todo fuera requerimiento de esa vida.

Por supuesto: con excelente música en su soundtrack.

El guion intenta darles algunos momentos de redención, excepto que es difícil sentirlo cuando el enfoque es contar la vida bacanal que se gozaron.

Aun así, me la disfrute. Mayormente porque al menos son honestos: Si, son gente tierra pero al menos lo admiten. Hasta tratan de darle un toque enternecedor al llamarse “familia”, Casi me lo creería sino fuera porque 30 minutos antes vi unos teniendo sexo escondido con las parejas de otros.

Machine Gun Kelly (aparentemente un rapero famoso pero, no soy cool así que ni sabía que existía antes de ver esto) hace un buen trabajo como Tommy Lee, mientras Douglas Booth es un adecuado Nikki Sixx, al igual que Daniel Webber como Vince Neil. Por más bien que actué el resto de su vida, Iwan Rheon será siempre conocido como “Ramsey Snow” en Game of Thrones aunque, hace lo mejor que puede en la piel de Mick Mars.

Al final del día, nadie espera el próximo gran clásico fílmico con The Dirt. Solo disfrutar de los “mejores éxitos” en la demente historia de Mötley Crüe, y nos complace completamente, especialmente durante los primeros dos actos.

The Dirt está disponible exclusivamente en Netflix, ¡Metaleramente Recomendada!

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