Crítica de The Last Duel: La crueldad del Poder Absoluto - QiiBO QiiBO

Crítica de The Last Duel: La crueldad del Poder Absoluto

“¡Exijo un juicio por combate!” Ese apasionado grito dado por Peter Dinklage en Game of Thrones se convirtió rápidamente en un meme del internet, luego que su Tyrion Lannister entendiera que no tendría justicia por la vía regular. La inspiración en vida real de esa movida es el motor empujando la trama en The Last Duel, el nuevo épico drama dirigido por Ridley Scott, sobre el último duelo por combate legalmente aceptado por un sistema judicial.

The Last Duel es un crudo, deprimente recordatorio de que el poder siempre está al servicio de los poderosos. Un espectáculo visual con impactantes actuaciones de sus protagonistas principales Jodie Comer, Matt Damon, Adam Driver y Ben Affleck y, aunque a mitad se pone pesada, el tercer acto es un viaje hacia la demencia, terminando con una de las mejores secuencias de acción en los últimos años. Ridley Scott todavía filma combate sangriento y salvaje, como nadie más.

Es el siglo 14, alrededor de 1386. La guerra de los cien años entre Inglaterra y Francia continua destruyendo ambos países, cambiando drásticamente el panorama para todos viviendo en estos. En esos tiempos de caos, muerte y sufrimiento, también surgen oportunidades para elevar tu posición, demostrando tu valor para aquellos en el poder. Ese es el caso del Caballero Jean de Carrouges (Damon) y su buen amigo, compañero de armas, el escudero Jacques Le Gris (Driver). Sin embargo, es Le Gris quien gana el favor del Conde Pierre d’Alençon (Affleck), primo del Rey y líder feudal de Carrouges, a quien desprecia profundamente. Carrouges ve en su desempeño en el campo de batalla la única forma de recuperar su estación, derrumbaba por la guerra y la plaga negra, al igual que con su matrimonio con Marguerite (Comer), de cuyo padre recibirá una jugosa dote, incluyendo valiosas nuevas tierras.

Pero tan bueno como Carrouges es con la espada, es Le Gris es con su personalidad, convirtiéndose rápidamente en el preferido del mujeriego d’Alençon, quien descaradamente le entrega posiciones correspondientes a Carrouges, incluyendo las mencionadas tierras, y hasta su posición feudal heredada por su padre. No satisfecho con esto, Le Gris viola a Marguerite confiado en la protección que recibirá de su benefactor. Marguerite exige justicia y, ante la realidad de un sistema completamente en su contra, Carrouges demanda la oportunidad de probar la acusación contra Le Gris en combate.

Todo lo anterior es contado en tres capítulos, cada uno desde el punto de vista de Carrouges, Le Gris, y Marguerite, al estilo de Rashomon, una de las grandes producciones del legendario Akira Kurosawa. Es aquí donde el trabajo actoral se destaca, con cada uno interpretando tres versiones distintas de sus personajes. Damon se destaca especialmente pues su Carrouges es noble, y valiente en su versión, mezquino y patético en la de Le Gris, y finalmente frio, prático y calculador, en la de Marguerite. Del mismo modo, Driver levita entre simplón con suerte, heroico carismático, y depredador manipulador. Por su lado, Comer recibe menos oportunidad de trabajar su personaje pues durante casi todo el filme es mantenida atrás, con su sección finalmente dándonos una sublime interpretación de una mujer luchando contra un modo de vida obligándola aceptar las injusticias contra ella, y completa entrega a la verdad.

Este es el primer guion coescrito por Damon y Affleck desde Good Will Hunting pero, tuvieron la buena idea de contratar a Nicole Holofcner (Enough Said) para escribir el punto de vista de Marguerite.

En manos menos expertas -y menos valientes- The Last Duel pudo ser otra rápida película sobre la gran nobleza de titanes peleando contra injusticias. Pero a Ridley Scott no le interesa dorarnos la píldora con heroísmo clásico, sino presentarnos un doloroso drama, como hace tiempo no se hace, sobre la terrible posición de los subyugados en un mundo donde todo es visto como propiedad, incluyendo las personas. Aun durante la sección de Margerite dejan claro que la afrenta de Le Gris contra Carrouges es un asunto de un hombre invadiendo la pertenencia de otro. Tan terrible como es la escena del ataque, todavía más fuerte es ver la forma en que la acusación de Marguerite es despreciada por aquellos defendiendo a Le Gris. Especialmente cuando vimos la misma escena desde su perspectiva, seguro de que las protestas de su víctima eran “obligaciones de esposa hacia su esposo y su Dios”. The Last Duel no intenta reducir su culpabilidad, sino más bien denunciar como un depredador excusa su comportamiento ante otros y sí mismo.

The Last Duel es un drama para adultos o, mejor dicho, una audiencia paciente, deseosa de historia desarrollada con calma, a gran escala, disfrutando exquisitas actuaciones, impresionante cinematografía, gran banda sonora, y una firme dirección de Ridley Scott. La recompensa (aparte de todo lo anterior) es una despiadada secuencia de combate entre Carrouges contra Le Gris, filmada tan real como posible. En lugar de vistosos tiros de cámara, Scott nos lleva a una pelea mortal donde escucharán huesos quebrándose, carne desgarrada, y absoluta desesperación humana. Una de las mejores películas que he visto este año, ¡Inmensamente recomendada!

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