Crítica: Raya and the Last Dragon es una mágica aventura de acción - QiiBO QiiBO

Crítica: Raya and the Last Dragon es una mágica aventura de acción

El cine me hace una falta increíble; comprar la taquilla, hacer la fila para comprar popcorn, refresco y cualquier otra cosa que quiera mi esposa. Buscar asiento, la oscuridad, la pantalla gigante transportando la audiencia a otros mundos. Durante una o dos horas desconocidos se convierten en tus compañeros de viaje a estos universos donde reímos, disfrutamos, nos asustamos y celebramos juntos. Raya and the Last Dragon es perfecta para ver en el cine pero lamentablemente me conformaré con verla en casa.

Me encantó Raya and the Last Dragon; hacía tiempo no me sentía tan bien después de ver una película. El nuevo filme animado por computadora de Disney Studios es otra excelente adición a su librería moderna de títulos, continuando la racha que llevan desde Tangled.

Y lo mejor de todo: ¡no tiene canciones! Raya reemplaza secuencias musicales con emocionantes batallas marciales diseñadas para disfrute familiar sin nunca llegar a demasiada violencia, balanceando la intensidad con accesibilidad y un mensaje urgentemente necesario en nuestros tiempos.

En un mundo una vez llamado Kumandra, los dragones y humanos convivían en paz hasta que la malvada plaga llamada “El Druun” comenzó a convertir todas las criaturas vivientes en piedra. En una desesperada movida los dragones se sacrificaron para salvar la humanidad, dejando solamente una gema manteniendo los Druun encerrados. Quinientos años después, Kumandra ahora se divide en cinco reinos enemistados llamados Corazón, Colmillo, Espina, Cola y Garra, queriendo poseer la gema dejada por las mágicas criaturas. Raya (Voz de Kelly Marie Tran) es la joven princesa de Corazón, entrenada desde siempre por su benigno padre Benja (voz de Daniel Dae Kim) para proteger la ansiada gema. Pero Benja sueña con el momento en que Kumandra nuevamente sea un solo reino unido, por lo que invita líderes de los demás reinos en un primer paso buscando paz a través de alianza. Ustedes probablemente saben a donde va esto.

Raya and the Last Dragon no es particularmente original ni revolucionaria. Su trama principal, incluyendo la forma en que se desarrolla, recuerda otras historias parecidas; desde “Viaje hacia el Oeste”, “Siete Samuráis”, y “Avatar: El Ultimo Airbender”, sin olvidar producciones del mismo estudio como “Moana”. Raya no llega a esos niveles pero, usa exitosamente lo que toma de cada una para su propia receta que me tuvo entretenido de principio a fin, y hasta me puso los ojos a brillar en el tercer acto.

La historia toma un poco en arrancar; el Druun regresa cuando la gema es rota en pedazos, con cada reino tomando uno para si llevándolo a sus tierras. Años después, Raya busca recuperarlos, empezando con encontrar la última dragona, y ahí es cuando la cosa se pone buena hasta el final. La dragona es Sisu, interpretada fantásticamente en ingles por Awkwafina. Desde ese momento también comienza el mensaje de confiar en otros, algo que Raya no puede aceptar luego de una dolorosa traición. A ellas se les va uniendo otros simpáticos personajes en camino a salvar lo que queda de sus tierras, mientras huyen de Namaari (voz de Gemma Chan), princesa de Colmillo, también decidida a recuperar los pedazos de la gema aunque por motivos menos nobles.

Aparte de canciones, Raya y la Ultima Dragona tampoco tiene un villano establecido –Namaari es más bien una antagonista que el guion desarrolla en contraste con Raya sin nunca perder su humanidad. Técnicamente eso es un fallo pues el Druun funciona como amenaza abstracta, más en la línea de Sauron, a pesar de tener efectos físicos, quizás una analogía a ideologías demasiado rígidas deteniendo las personas de crecer más allá de donde están parados.

Las dos principales virtudes de Raya and the Last Dragon son su hermosa animación construyendo el mundo de Kumandra, con cinco distintivos reinos separados entre si tanto por personalidad geográfica como cultural, hermosamente inspirados en países del sur y este de Asia. La otra es su elenco dándoles chispas a sus personajes, desde Kelly Marie Tran como la valiente Raya, Benedict Wong como el bonachón Tong, y especialmente Awkwafina interpretando a Sisu como figura de comedia con una mezcla de inocencia y melancolía que pudo convencer hasta este cínico critico de su mensaje.

Si no estuviéramos en una pandemia o estuviera vacunado, créanme que estaría en primera fila para volver a ver Raya en pantalla gigante lanzándome a disfrutar el mundo de Kumandra como debería ser. Es una divertida, emocionante aventura perfecta para disfrutar en familia. Moana es mejor película pero Raya me gustó mucho más. ¡Inmensamente recomendada!

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