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Por un cine más “feel good”

Un gran asombro sentí, al ver una comunicación que circula a través de Facebook en la cual la cineasta puertorriqueña Narielis Márquez Carrasquillo expresa su decepción ante un acto de censura por parte de la Corporación de Cine de Puerto Rico, y a su vez retira su pieza “Yo te Ayudo” de la competición ‘Micros 2010’, en desacuerdo e indignación con la censura a la que fue expuesta.

Resulta que Narielis sometió su pieza al jurado del certamen, el cual escogería a 5 ganadores por categoría. En su caso, competía en la categoría de ficción.  Su pieza, previamente registrada, fue una de las seleccionadas por el jurado como ganadora, y habría de recibir financiación por parte de la Corporación para llevar a cabo la filmación. Grande fue su sorpresa cuando recibe, en una comunicación aparte, una petición por parte de la Corporación para ‘alterar’ su historia alegando que la escena final era muy ‘fuerte’ y no tan ‘feel good’ (literalmente) como las demás piezas escogidas. Dijeron a su vez que las piezas del cértamen eran ‘para todo público’, con lo que se exhibiría en lugares con niños, y que esa era una de las razones para la censura, a la que ellos muy eufemísticamente llaman “presentar alternativas al tratamiento de la misma”. Cabe destacar que el tema de la convocatoria era el amor, y que nunca se especificaba sobre qué del amor querían que se concentraran, o mejor dicho, sobre que NO querían que se concentraran. Por otro lado, la escena final de la pieza, como es lógico, contenía el elemento escencial de la producción. Sin ella, la pieza no existiría.

Al final, según nos comunicó personalmente, Narielis en consulta con su equipo creativo que incluye cineastas internacionales como la talentosa editora peruana Fiorella Raggio, decidieron dignamente retirar su pieza de competición y no ceder ante presiones caprichosas, y sobre todo, infundadas. Mayormente por dignidad, pero, en parte también porque realmente era imposible que la pieza existiera sin la susodicha escena.

Al menos, la gran dignidad demostrada por ella y su equipo consuela a Narielis “es todo muy desagradable pero, al menos me quedo yo con mi historia intacta”. Exacto.

Y es que, si es fuerte, si no es ‘feel good’, ¿qué pasa, cuál es el problema?, ¿cuál es el discurso que pretende dar la CCPR?, ¿acaso no están ellos para fomentar la industria del cine y  la creatividad de nuestros cineastas, y no para elegir los temas que el pueblo debe ver, o cómo los debe ver? A qué responde esto, ¿será capricho?, ¿será político?, ¿no deberían saber ellos, como expertos en cine, que una película apta para todo público, no es sinónimo de “feel good” movie? Posiblemente nunca sabremos estas respuestas.

Es todo muy lamentable, pero mejor que yo o que cualquiera lo  pudieramos expresar, la misma Narielis lo hace perfectamente en su carta a la Corporación, la cual reproducimos a continuación.

A la Corporación de Cine de Puerto Rico:

Quiero que la presente sirva para informarles que tanto el guión titulado “Yo Te Ayudo” como el “director’s treatment” que fue sometido con el guión, permanecerán intactos tal y como fueron evaluados y premiados por los cinco jueces que la CCPR convocó con ese propósito. Hemos analizado las reglas del concurso según se presentaron en la convocatoria inicial y entendemos que cumplimos con todos los requisitos. No fue hasta dos semanas después de anunciar los ganadores, que la Productora Ejecutiva de la CCPR le informó a esta servidora de la necesidad que recae sobre la CCPR de “justificar el uso de fondos gubernamentales”; y de la determinación de la CCPR, sin expresar con qué criterio, de que el final de esta historia es muy “fuerte” y no tan “feel good” como las demás historias premiadas.

Uno de los propósitos de la CCPR es facilitar el desarrollo y la producción de numerosas iniciativas o propuestas para hacer cine nacional. Al tomar un proyecto premiado por los propios jueces seleccionados por la CCPR y presionar a su autora a cambiar su obra para la obtención del premio sobre el cual fue galardonada, da visos de caprichos inhóspitos de los actuales miembros de la CCPR que más bien disuaden el proceso creativo de nuestro país.

Dado el estado macilento actual en que se encuentra la industria de cine en Puerto Rico, es importante que la CCPR logre justificar su trabajo y que las personas que encabezan la misma tengan alguna “obra” a la que puedan señalar antes de finalizar el año. El que una falta de compromiso como este conduzca a una convocatoria como la de “Micros 2010”, es totalmente legítimo y comprensible, sin embargo, es totalmente inaceptable que, luego de nombrar los ganadores, los actuales miembros de la CCPR dicten unos términos que resultarían en la mutilación de una obra de arte que ya ha sido registrada.

Más aún, el modo en que el anuncio de la convocatoria omitía dichos términos, amén de los artículos publicados recientemente en la prensa en los que la CCPR alega que vienen $100 millones en proyectos para Puerto Rico antes de finalizar el 2010, dan señas del uso de anuncios engañosos por parte de la CCPR para justificar su existencia, de modo sumamente descarado y alarmante.

No cabe duda de que Puerto Rico es un país que censura libros y a escritores. Me preocupa bastante darme cuenta de que, tanto por mi experiencia con la CCPR como por expresiones emitidas por la Directora Ejecutiva de esa entidad en la televisión, la industria de cine también sufra de censuras por parte de personas o agencias con agendas ocultas y de criterios dudosos. Lamentablemente este no es el momento para hacer cine nacional con la ayuda de la CCPR, es el momento de hacer cine nacional a pesar de la CCPR. No me interesa formar parte de un grupo de cineastas que tuvo que cambiar sus historias, ni el modo de contarlas, para asistir a una agencia gubernamental a reproducir una imagen de Puerto Rico que es totalmente antiséptica y va a tono con el modo en que un grupo limitado visualiza a Puerto Rico. A mí me interesa hacer historias que aún no se hayan contado y que, aunque puedan resultar “difíciles” de procesar, se acerquen más al Puerto Rico en el que la mayoría vivimos. Un Puerto Rico en el que la gente se suicida, en el que uniformados de la policía matan a civiles inocentes y reparten palos frente al Capitolio, en el que la tasa de desempleo sube al mismo ritmo que el costo de vida… no es el Puerto Rico de los anuncios de la Compañía de Turismo, pero son las historias que hay que contar y de las que la gente tiene que hablar, si es que algún día seremos capaces de mirarnos de forma honesta como pueblo y nos atrevamos a buscar la manera de sanar la sociedad tan enferma en la que vivimos.

No pretendo que los miembros actuales de la CCPR logren algún día comprender lo importante que es lograr que los pueblos se vean a sí mismos a través del cine nacional y que, bueno o malo, hay que abrir el diálogo sobre muchas cosas desagradables que afligen a nuestros pueblos. De todos modos, yo tengo la obligación de pedirles que, aunque no lo comprendan, al menos deban tener la elegancia de respetar las obras de los escritores, directores y productores que intentan aportar obras diferentes, ya sea por su honestidad o por su valentía. Al final del día, el cine es arte, y ustedes administran los fondos de un programa de arte, entonces, si en vez de apoyar a los artistas, intentan usar los fondos de la CCPR para convertir a la industria de cine local en una máquina de cortos para hacerles las relaciones públicas a la misma CCPR, evidentemente ya no existe justificación para la CCPR ni siquiera para desempeñarse como administradores de un programa de arte.

Tanto mi grupo de colaboradores creativos como yo estamos seguros de dos cosas, primero, que “Yo Te Ayudo” es una historia con la que estamos comprometidos y que queremos contar tal y como el proyecto fue sometido; segundo, que 5 mil dólares no compran ni a “Yo Te Ayudo” ni al grupo de profesionales que estamos comprometidos con la historia.

Sin nada más por el momento, quedo,

Sinceramente,

Narielys Márquez Carrasquillo
Escritora

Aquí, la carta de contestación que envió la CCPR, y que luego se publicó en Facebook. Como ven, la carta niega que hace, lo que la carta acepta que hace: solicitar que se modifique la pieza electa, o sea, censurarla.

Estimada Narielys:

He recibido tu comunicación. Aunque difiero por completo, respeto tu opinión sobre el cine en Puerto Rico y las labores de la Corporación de Cine. Debo decirte que el desconocimiento sobre los procesos y las labores que realizamos lleva a tomar ese tipo de posturas violentas que no adelantan la causa del cine de Puerto Rico.

Por otro lado, me extraña muchísimo que de nuestra conversación via Skype sobre trabajar en equipo para que tanto la Corporación de Cine como tú, pudiéramos llegar a un punto medio en cuanto al tratamiento cinematográfico de la escena final de “Yo te ayudo”, hagas el tipo de argumentos que presentas en la carta. Micros es un proyecto de carácter “para todo público” y se exhibiría en espacios públicos y agencias de gobierno en donde podrían haber niños. Jamás se te pidió que eliminaras la escena. Se te pidió que presentaras alternativas al tratamiento de la misma. Incluso, hablamos de que podrías tener tener tu corte de director que podrías utilizar en los festivales/eventos/foros de cine fuera de Puerto Rico.

Entiendo de tu comunicación que no estás en la disposición de trabajar un tratamiento alterno. Recibirás una comunicación oficial a esos efectos.

Esa es la que hay. ¿Qué piensan ustedes?

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